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UNA CULTURA DE PAZ, POSACUERDO Y CONVIVENCIA:

Cuatro escenarios posibles de la paz en Cundinamarca

 

El candidato del Polo Democrático Alternativo a la Gobernación de Cundinamarca celebra el cambio del ministro de Defensa. Sale una personalidad polémica y con acento en un lenguaje de guerra, como Juan Carlos Pinzón, y asume un diplomático y exnegociador de paz en La Habana, el dirigente gremial Luis Carlos Villegas. Con esa buena noticia, en el marco de la trigésima octava ronda de negociaciones y a cuatro meses de las elecciones territoriales, el proceso de paz afronta la más grave crisis por el escalamiento de la guerra. Como es de público conocimiento, la sociedad colombiana había gozado de optimismo durante cinco meses (dic.20/2014-mayo 20/2015), por el cese unilateral del fuego y las hostilidades por parte de las Farc-Ep, y la suspensión del bombardeo, durante un mes, a los campamentos  de esa guerrilla por parte del Gobierno. Pero vino lo peor: la acción de las Farc-Ep contra una patrulla del ejército donde murieron 11 soldados. Luego el bombardeo por parte del Gobierno a los campamentos de la guerrilla, donde cayeron más de 40 insurgentes, entre éstos, dos comandantes que habían estado en la Mesa de Negociaciones. Finalmente, la escalada del conflicto por parte de las Farc-Ep, con graves afectaciones al ecosistema y a la infraestructura vial y energética del país, y con la pérdida de varias vidas humanas dentro de la fuerza pública.

 

En ese pugilato de matanzas, en que consiste la guerra, en el transcurso de diez días —entre el domingo 5 y el miércoles 15 de julio— hubo una tanda de palabras y hechos, que desembocaron en una bocanada de aire fresco que hizo renacer la esperanza en los partidarios de la paz y la preocupación de sus enemigos. El domingo 5 de julio el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, en reportaje concedido a Juan Gossaín para todos los medios de comunicación, al mejor estilo de Calicles en el Gorgias de Platón, dijo: “Algún día es probable que no nos encuentren en la mesa de La Habana”. Ocho días después, el domingo 12 de julio las partes —Gobierno-Farc.Ep— firmaron un acuerdo en el que se destacan tres elementos: Las Farc-Ep, ordenan un cese unilateral por cuatro meses a partir del 20 de julio de 2015, el Gobierno se compromete a desescalar el fuego y las dos partes deciden acelerar el proceso de negociación. Tres días después el presidente Santos concedío una entrevista a Claudia Gurisatti, directora de RCN televisión, en el que, a pesar del apasionamiento con que interroga la periodista, el primer mandatario no se dejó sacar de casillas y utilizó un lenguaje conciliador: “¿Por qué en vez de decirles narcoterroristas y asesinos, no se les dice Farc?”, le contra pregunta a Gurisatti. No obstante ese lenguaje conciliador, sigue latente la amenaza: “Si en cuatro meses no hay avances en el proceso, sencillamente me levanto de la mesa”. Es decir, vuelve Calicles a desenfundar su espada.

 

En ese breve diagnóstico de lo ocurrido últimamente, el Polo Democrático al responsabilizarse de la Gobernación de Cundinamarca podrá hacer frente a cualquiera de los cuatro escenarios posibles que se ven venir:  asistir a la etapa más difícil de la negociación; asumir la coyuntura del cese bilateral y definitivo del conflicto armado; ser partícipe de la refrendación de los acuerdos;  implementar el pos-acuerdo, y lograr la consolidación de la paz.

 

1. Asistir a la etapa más difícil

 

El Candidato del Polo a la Gobernación, y luego como gobernante regional insistirá, como lo ha hecho desde el comienzo, en dos cosas: cese bilateral del fuego y apertura de negociación formal con el Eln. Es urgente que entre las dos partes renazca la confianza, porque, como lo ha dicho la Presidenta del Polo y segura Alcaldesa  de Bogotá, Clara López,  cuando “unos están disparando y los otros defendiéndose, se deteriora el ambiente de paz”. En el mismo sentido se pronuncia Vicenç Fisas, Director de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona: “El cese bilateral no es un error táctico, sino un acierto político. Ambas partes podrán vigilarse, pero sin enfrentarse. Evitar muertos, de parte y parte, es fundamental para generar confianza”.

 

2. Hacia una cultura de paz

 

Tanto en el escenario de asistir a la etapa más difícil del conflicto, como en el del cese bilateral y definitivo del conflicto armado, el Candidato del Polo a la Gobernación de Cundinamarca, considera que es urgente promover una cultura que desmonte esa psicología de pugnacidad, polarización, odio y revancha que ha venido en ascenso desde los primeros tiempos de la República, que atravesó todo el siglo XX y que se vive en los tres primeros lustros de la presente centuria. En consecuencia, el Polo, al asumir el gobierno del Departamento ubicado en el corazón del país,  como lo dice su Ideario de Unidad, “promoverá una cultura de paz y tolerancia  para la búsqueda de la dignidad, la igualdad y la solidaridad humanas y para lograr el ambiente de convivencia social requerido para que  los ciudadanos puedan adelantar  el ejercicio público y privado de sus actividades, con las libertades previstas en el orden constitucional”.

 

Para lograr esa cultura de paz el Gobernador de Cundinamarca trabajará en dos campos de acción: uno subjetivo y otro material. El subjetivo, se dirige a la psiquis, a la imaginación, a los sentimientos y a las emociones de la población, para sustituir los antivalores de violencia y venganza, por verdaderos valores de convivencia y reconciliación. En este sentido el campo de acción es inconmensurable. Lo primero es —en coordinación con el Ministerio de Educación—, revisar la malla curricular, para hacer énfasis en la ciencias sociales, que se han descuidado muchísimo durante los últimos años. Lo segundo, será estimular, entre los niños y los jóvenes los concursos en todas las expresiones del arte —pintura, teatro, poesía, novela, cuento, crónica, cine, danza—, con temas de cultura de paz. En tercer lugar, se firmará un Convenio Tripartito, entre el Estado (Depto.-Municipios-Colciencias-Ministerio de Educación-Universidad-Empresa Privada) para adelantar investigaciones en todas las áreas del conocimiento —con énfasis en ciencias sociales—, con miras a que tanto los profesores como los estudiantes se involucren en los temas de una cultura de paz, desde el punto de vista de sus preferencias profesionales y científicas. Este punto no necesita instrumentos jurídicos nuevos, porque ya existen. Incluso, en esos Convenios se puede involucrar a la comunidad académica internacional. Cuando se habla de Universidad, no solo se trata de las universidades ubicadas en Cundinamarca, sino las de todo el país.

        

El campo de acción material, para lograr una cultura de paz positiva, duradera y sostenible, se requiere altos niveles de calidad de vida, los que a su vez se alcanzarán con pleno empleo, salario digno, educación y salud con total cobertura; servicios públicos básicos con tarifas justas para todas las familias; así como crédito fácil, que permita a las comunidades emprendimientos económicos.

 

3. Refrendación de los acuerdos

 

En el escenario de la refrendación  de los acuerdos, en respuesta a situaciones de la coyuntura inicial en pro de la paz, se requieren dos acciones operativas: en primer lugar, el apoyo propiamente dicho a la refrendación de los acuerdos de paz, y luego, la superación de los grupos al margen de la ley que operan en algunas ciudades de Cundinamarca.

En la primera acción, independientemente de la modalidad que se defina como mecanismo de refrendación de los acuerdos —consulta, referendo o constituyente— será la primera tarea operativa del posacuerdo que encabezará el Polo en Cundinamarca, así como en todo el país, con el propósito de garantizar la sostenibilidad de la paz. Dada la profundidad de la crisis que afronta la sociedad y la trascendencia que deben tener las reformas, muchos sectores —entre estos, las Farc-Ep— optan por la asamblea constituyente. En este caso, el cuerpo constituyente no solo será para refrendar los acuerdos entre el Gobierno y la insurgencia, sino para rediseñar el país. La pregunta es: ¿quién hará ese rediseño? No serán otros distintos que los actores políticos,  sociales y poblacionales de la sociedad.

Para conseguir la realización de esta tarea operativa, el Departamento, gobernado por el Polo dedicará importantes recursos para divulgar y capacitar a las organizaciones sociales tales como: juntas de acción comunal; cabildos indígenas y otras organizaciones étnicas; organizaciones femeninas y  de género; organizaciones y colectivos juveniles; trabajadores agrarios y urbanos, haciendo la divulgación por los medios masivos y alternos de comunicación.

 

4. Consolidación de la paz

El tercer punto de la agenda, que actualmente se negocia entre el Gobierno y las Farc-Ep en La Habana, dice: “El gobierno nacional intensificará el combate para acabar las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en particular contra cualquier organización responsable de homicidios y masacres o que atente contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos. En el marco de lo establecido en el punto 5 (victimas) de este acuerdo se esclarecerá, entre otros, el fenómeno del paramilitarismo”.

Si bien el anterior compromiso, es una responsabilidad del gobierno Nacional y específicamente de la fuerza pública, el gobierno Departamental presidido por el Polo organizará una “Unidad Administrativa Especial”, pequeña, ágil y moderna, que dependa directamente del Gobernador, para que coordine con todas las Secretarías,  las actividades relacionadas con los temas del Posacuerdo, Paz y Reconciliación. En ejercicio de sus funciones esa Unidad cumplirá las siguientes tareas:

 

a) Coordinar todos los concursos relacionados con la cultura de Paz (punto 2 del  IV eje del programa).

 

b) Coordinar los cursos de divulgación y capacitación a las organizaciones sociales señaladas en el punto 3.

 

c) Convocar a todos los historiadores y profesores de ciencias sociales a un concurso para escribir la Historia Política de Cundinamarca. Muy pocos saben que los primeros desplazamientos por causas de la guerra, los padeció el Departamento de Cundinamarca, a comienzos del siglo XX, en las regiones de Sumapaz y Tequendama. Ese fenómeno político-social hoy lo viven todos los municipios de Cundinamarca, especialmente los ubicados en la Sabana de Bogotá. Quienes ganen el concurso (en el número que se definirá previamente), a partir de los ensayos escritos por doce académicos nombrados por el Gobierno y las Farc-Ep, así como por los dos relatores, y, con base en todas las fuentes primarias y secundarias que consulten, escriban la historia de lo sucedido en Colombia  durante los últimos 200 años (1819-2019).

 

d) Casas de la Cultura y la Paz. Un espacio para la materialización de esta política pública, en cada uno de los municipios, será la Casa de la Cultura y la Paz. Será allí, donde los niños, los jóvenes y los adultos mayores expresen su talento en las distintas expresiones del arte.

 

e) Todas las demás tareas, que surjan de los diálogos y los debates con las víctimas del conflicto político, social y armado que ha vivido Colombia durante los últimos 200 años.

 

5. Sistemas de seguridad.

 

Cundinamarca necesita construir  un sistema de políticas públicas de seguridad integral, que permita a los ciudadanos disminuir los riesgos que tiene que enfrentar en el día a día, por cuenta de los actos asociados a la criminalidad organizada, la delincuencia común y las acciones en general, que originan inseguridad. Pero también entendiendo la seguridad, como una necesidad y un derecho a satisfacer del ser humano tanto en términos individuales como colectivos. De este modo, la concepción de seguridad de ésta política va orientada a promover y garantizar todos los derechos humanos.

 

Es bien sabido que los altos niveles de violencia y criminalidad afectan el acceso a los derechos y la dignidad de las personas y la existencia misma de la democracia. Para enfrentar estos fenómenos de violencia y criminalidad es necesario tener en cuenta la complejidad de factores que intervienen en él.

 

Por lo anterior, el Gobierno de Cundinamarca, en cabeza del Polo, centratá el sistema de políticas públicas de seguridad en dos ejes específicos:

 

1. Reforzar el papel de la policía en los municipios, el que consistirá en el fortalecimiento de su función en la seguridad ciudadana. Para esto es necesario posicionar el tema de la confianza ciudadana y la legitimación de la institución policial[1].

 

2. La participación ciudadana será un elemento clave en la estrategia de seguridad, la cual propiciará la activación de programas y proyectos que propendan por el mejoramiento y bienestar de la población más vulnerable de los municipios del Departamento. La construcción del sistema de políticas públicas de seguridad debe ser integral, en el sentido de que los pobladores beneficiarios, logren el acceso a una mejor calidad de vida, a un fortalecimiento de la participación ciudadana y a la construcción de organizaciones sociales que incidan en la dinámica política de los municipios.

 

[2] Es bueno anotar también, que el índice de impunidad en el país es de los más altos del mundo, donde de 100 casos que inician un trámite judicial, solamente tres llegan a buen término. 

 

Es decir, el sistema de políticas públicas de seguridad debe, necesariamente articularse con el mejoramiento de las condiciones de vida en sentido amplio de los pobladores  de Cundinamarca.

 

Para llevar a cabo la construcción y lineamientos de este sistema, se hará un sondeo con los pobladores de los municipios a través del cual se intentará conocer cuáles son los problemas que enfrentan en términos de violencia, criminalidad, conflictos, precariedad económica, social, cultural, política y ambiental. En suma, el cumplimiento de los cuatro ejes formulados en  este Programa —incluyendo educación, salud, vivienda, investigación científica, empleo y comercialización— deben dar como resultado mejores índices de seguridad ciudadana.

 

Nota importante

 

El anterior programa se publica en la página web de la Campaña, con el propósito de que lo conozcan los ciudadanos para que hagan sus aportes y críticas. Todas esas inquietudes serán recogidas, evaluadas e incluidas en el Plan de Desarrollo 2016-2020 que se someterá a consideración de la Asamblea Departamental.

 

Gabinete

 

La mitad del Gabinete Departamental será para la mujer, y el treinta por ciento para jóvenes —mujeres y hombres—. Sin ninguna consideración partidista el Gobernador de Cundinamarca nombrará los más calificados profesionales, que se comprometan con este Programa, y que no tengan en su hoja de vida el más mínimo resquicio que pueda hacerle sombra a su conducta ética.

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